En el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, la Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños, Marta Santos Pais, presentó los resultados preliminares del estudio regional, realizado junto a la Plataforma, “Las voces de niñas, niños y adolescentes con referentes adultos privados de libertad”.
Durante su presentación ella destacó además que: “Estos niños, tienen derecho a visitar a sus familiares privados de libertad en espacios seguros y respetuosos” Luego agregó que “Deben haber espacios donde ellos puedan ser escuchados, reconocidos y apoyados y donde puedan romper el secreto traumático que rodea su vida y el silencio que envuelve su existencia”.

Marta Santos

Esta consulta es una contribución al estudio global sobre niños, niñas y adolescentes privados de libertad y fue realizada con el objetivo de hacer visible la situación en la que viven estos niños a través de la generación de información cualitativa sobre esta problemática.

De la misma participaron niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 17 años, provenientes de Argentina, Brasil, Chile, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

¿Qué dicen las voces de los niños, niñas y adolescentes con referentes adultos privados de libertad?

El estudio mostró que se trata de niños, niñas y adolescentes con una gran vulnerabilidad y desamparo y que esta situación se profundiza cuando un padre, madre o tutor resulta privado de libertad.

Se destaca que la privación de libertad genera consecuencias negativas en los niños, niñas y adolescentes en todos los ámbitos en los que se desarrollan. Una de estas consecuencias corresponde a la estigmatización y condena social. “En la escuela, a la gente que no les caes bien te dicen: ‘Ay, tu familiar está en la cárcel. Empiezan a decir cosas de ti como si fueras el delincuente”, expresó un adolescente mexicano.

El impacto negativo en la vida familiar está dado por cambios en el clima, cuidado y economía familiar. Una adolescente, también mexicana, señaló que su familia cambió mucho cuando su padrastro fue privado de libertad: “Mi mamá ya no comía, dejó de hacer cosas y se iba a vender y todo eso, no llegaba hasta la una o las dos de la mañana, y a mi hermanito chiquito nadie lo cuidaba”. Es común que estos niños, niñas y adolescentes asuman los roles adultos.

Muchas veces están expuestos a trabajo infantil, situaciones de violencia, experiencias de vida en calle y explotación sexual.

Una de las consecuencias más importantes es el impacto afectivo y emocional. El informe señala que sienten tristeza y dolor, miedo, vergüenza, odio y rabia entre los sentimientos más comunes.

Estas situaciones por las que atraviesan los niños, niñas y adolescentes con referentes adultos privados de libertad llevan a que aumente la deserción escolar, ya que tampoco las instituciones educativas son capaces de dar respuestas. “Yo no fui a la escuela hasta que mi mamá y papá salieron de la cárcel”, dijo un niño nicaragüense.

Por último, los niños, niñas y adolescentes participantes del estudio realizaron estas recomendaciones a los Estados:

  • Fomentar espacios de escucha y diálogo con los niños con referentes adultos privados de libertad.
  • Brindar apoyo psicoafectivo y económico a las familias.
  • Realizar programas intersectoriales con énfasis en el sistema educativo.
  • Proteger el derecho de las familias a vivir libres de violencia
  • Diseñar acciones de prevención y tratamiento de adicciones
  • Implementar cambios en la detención y allanamientos
  • Reformar los sistemas de penitenciaría con mejor calidad y tiempo en las visitas en los centros penitenciarios.